Descripción
Usar productos naturales en floristería como papel, cera, plumas o similares no es nada nuevo. A lo largo del tiempo ha habido tendencias más o menos importantes en las que los floristas usaban materiales y productos no florales con la finalidad de añadir algo extra para contrastar con la sencillez de los elementos típicos.
La intención siempre es hacer el diseño floral más interesante y polifacético.
Esto mismo se aplica a la lana, sobre todo si se tiene en cuenta que su estructura fibrosa y movimiento sutil hace que tenga un aspecto muy floral.
Este libro demuestra cómo la lana, el fieltro y el algodón pueden usarse para jugar con todos los elementos del diseño para revitalizar el amor de las flores y las plantas y asegurarse de que no se desvanece.
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